
Durante los siglos XV y XVI, Europa atravesó una profunda transformación cultural que cambió radicalmente la manera de entender el mundo y el rol del ser humano en él. Este período, conocido como el Renacimiento, se caracterizó por un renovado interés en la antigüedad clásica y un acercamiento más racional y científico al conocimiento, el arte, la arquitectura y la existencia.
A diferencia de la Edad Media, donde predominaban lo espiritual y lo divino, el Renacimiento situó al hombre en el centro del universo, reconociéndolo como un ser capaz de comprender y dar sentido a la realidad mediante la razón y la observación.
Arnold Hauser, “el Renacimiento no significa una ruptura con la Edad Media, sino la realización de tendencias ya contenidas en ella” , lo que evidencia una continuidad histórica más que una simple oposición.
Esta nueva visión impulsó una integración entre las distintas disciplinas artísticas, entendiendo que tanto la arquitectura como las artes comparten principios fundamentales, como la proporción, la armonía y la simetría.
“De la composición de las superficies surge esa elegante armonía y gracia en los cuerpos que llaman belleza” (De la Pictura, Leon Battista Alberti, p. 98).
En este contexto, Leon Battista Alberti se erige como una figura clave. Humanista, matemático y arquitecto, Alberti propuso una concepción de la arquitectura basada en reglas claras y universales. Para él, la belleza surgía de la relación armónica y proporcionada entre las partes que conforman una obra. En su tratado De Re Aedificatoria, desarrollo el conocimiento arquitectónico del Renacimiento, estableciendo la perspectiva, la simetría y la medida como herramientas esenciales para organizar el espacio.
“El orden y la proporción son la esencia misma de la belleza” - Leon Battista Alberti.
Alberti entendía que el ser humano cumplia un rol importante, y que la arquitectura debía reflejar esta relación mediante un orden visual que integrara la geometría con la experiencia espacial. Así, la perspectiva no solo funcionaba como un recurso para representar la realidad, sino como un principio estructurador del espacio arquitectónico.
Hauser, “por primera vez desde la Antigüedad se presenta el espacio como un sistema homogéneo, accesible a la observación y a la medición racional” .
Con su pensamiento y obra, Alberti logró fusionar la tradición clásica con una mirada racional y científica, sentando las bases de una arquitectura que expresaba la nueva concepción renacentista del hombre y del espacio.

En este collage buscamos representar la forma en que Leon Battista Alberti expresaba la espacialidad a través de principios como la simetría, la perspectiva, la proporción y la geometría. Inspirado en el pensamiento clásico y guiado por una mirada racional del mundo, Alberti transformó la arquitectura renacentista mediante el uso del orden armónico como expresión de belleza.

Tal como mencionaba el en su Libro IX De re aedificatoria
“La belleza consiste en una cierta armonía y proporción entre las partes, de modo que nada se pueda añadir o quitar sin que el todo se vea afectado”.
Su obra no solo reflejaba una búsqueda estética, sino también teórica, en la que cada espacio responde a una lógica precisa, centrada en la perspectiva y la armonía como herramientas para estructurar el entorno.
“La arquitectura nace del orden, que es una disposición exacta de las partes, juzgada por una razón apropiada y expresada con proporción.” (De re aedificatoria, Leon Battista Alberti, Libro I)
Para lograr esto en nuestro collage, decidimos ubicar a Alberti en el centro de la composición, en una escena imaginaria donde presenta su tratado De Re Aedificatoria, en el que habla sobre la importancia de la perspectiva para representar la realidad. Detrás, se encuentra su obra más importante: la Basílica de San Andrea, en Mantua. La decisión de su ubicación responde a una clara lógica espacial, basada en la construcción de líneas de fuga que organizan toda la escena.
Queríamos que la espacialidad en este trabajo tuviera un sentido muy marcado: todo lo que aparece está colocado en base a las líneas de fuga, trazado desde la arquitectura del fondo hacia los elementos del primer plano, dirige la mirada del espectador y estructura visualmente el collage, del mismo modo en que Alberti pensaba y proyectaba sus espacios: con perspectiva y armonía.
La ubicación de las personas, los cuadros a los costados y los elementos visuales siguen esas líneas de perspectiva y todo se sitúa en un lugar estratégico y pensado con anterioridad, nada está colocado al azar.
A ambos lados de las paredes hay elementos que ayudan a entender mejor su pensamiento. Por ejemplo, en la pared izquierda podemos ver El Hombre de Vitruvio, que representa la idea de que la escala humana es la medida ideal para proyectar espacios. También se incluye la portada de otro de sus libros, De Pictura, donde Alberti plantea que la pintura no es solo un arte manual, sino una ciencia basada en principios sobre la perspectiva, matemáticos y racionales, por lo que sus autores debían ser considerados intelectuales. Por otro lado, en la pared derecha se observa la fachada de una de sus obras, la Basílica de Santa Maria Novella, donde se destaca el uso de la geometría y la simetría. Junto a ella, hay una página del libro De Re Aedificatoria, que muestra cómo la perspectiva se aplica a la composición espacial.
Además, alrededor de Alberti ubicamos a distintas figuras que representan a los pensadores, artistas e intelectuales del Renacimiento. Sus presencias no es decorativa, sino que ayuda a entender el contexto en el que Alberti desarrolló sus ideas. Si bien fue una figura destacada y un gran intelectual, su pensamiento no surgió de manera aislada, sino en diálogo constante con otras personas que también estaban replanteando la forma de entender el arte, la ciencia y el mundo.
En conclusión, este collage intenta representar cómo Alberti pensaba y construía el espacio a partir de principios como la perspectiva, la proporción y la simetría, y al mismo tiempo cómo logró que lo valoren y lo tomen de igual gracias a sus conocimientos y cualidades.
Bibliografia
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Historia social de la literatura y el arte, Arnol Hauser, Guadamarra/Punto omega.
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Introducción a la Arquitectura, Cap XI, Leonardo Benevolo, Celeste Ediciones.
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Arquitectura Occidental, Cap XIII La Arquitectura Manierista, Norberg-Schulz.
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De pictura, Leon Battista Alberti
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De re aedificatoria, Leon Battista Alberti
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De la pintura y otros escritos sobre arte, Leon Battista Alberti.